martes

Junio 2011


Qué sensación, ésa de estar cerca del fin.
Dilatarlo sin remordimiento y luego lamentar su demora.
Ésa de poder hacerlo todo y tener que elegir, ahora sí, el principio que viene después del primer fin, el de lo previsible.
Qué sensación, ésa de renunciar a lo que no se es para llegar a ser.
Y casi que sí, pero como si no.